La seguridad en Bogotá, debate en la ciudad.
La seguridad en Bogotá, debate en la ciudad.
Las cifras oficiales muestran una reducción en algunos delitos como el hurto a personas y el robo de vehículos. Sin embargo, otros delitos como el homicidio y el hurto a locales, restaurantes y residencias han aumentado. Los sectores políticos de oposición y algunos ciudadanos no demoraron en criticar la gestión de Galán en materia de seguridad. Argumentan que las medidas tomadas no han sido suficientes para frenar la ola de inseguridad que azota la ciudad pues deben ser más efectivas.
Galán ha reiterado su compromiso con la seguridad de los bogotanos y ha anunciado nuevas medidas, como la creación de una policía propia para la ciudad y la construcción de una nueva cárcel. Aún es temprano para evaluar el impacto de las medidas tomadas por la administración Galán. El futuro de la seguridad en Bogotá dependerá de la eficacia de estas medidas, del compromiso de las autoridades y de la participación activa de la ciudadanía.
Bogotá, nuestra emocionante capital colombiana, se enfrenta a una compleja realidad desde hace mucho tiempo, La Inseguridad. Un problema que hunde sus raíces en la historia turbulenta del país, marcada por la violencia de guerrillas y grupos armados.
Décadas de conflicto han dejado una profunda huella en la sociedad colombiana. La cultura del miedo se ha instalado en las calles, donde el fantasma del secuestro, el robo a mano armada y el homicidio acecha a diario. Y aunque parecen mejorar las estadísticas, las cámaras de la ciudad, pero sobre todo la salida a redes sociales de videos de seguridad privados, nos dejan notar algo contrario a las estadísticas. O habría que sacar estadísticas de cuántos robos nos enteramos y de cuantos no.
Las guerrillas, como las FARC y el ELN, han sido protagonistas de un largo y sangriento conflicto que ha azotado al país por más de 50 años. Sus acciones, incluyendo ataques a la infraestructura pública, secuestros y asesinatos, han generado un clima de zozobra e inestabilidad, que se nota en las calles no solo de nuestra capital sino en todo el país. Tras la desmovilización de las FARC, nuevos grupos armados han surgido para ocupar el vacío de poder. Estos grupos, conformados por disidencias de las FARC, bandas criminales y paramilitares, se disputan el control de territorios estratégicos para el narcotráfico, la minería ilegal y otras actividades ilícitas.
Dejando una estela de dolor, desconfianza y trauma, la sociedad se ha visto fragmentada, con un profundo sentimiento de inseguridad que limita la libertad y el desarrollo individual. Los hurtos, el microtráfico y el homicidio son algunos de los delitos que más aquejan a la ciudad.
El gobierno colombiano ha implementado diversas estrategias para combatir la inseguridad, incluyendo el aumento del pie de fuerza policial, la inversión en tecnología y la creación de programas sociales. Sin embargo, el camino hacia la seguridad aún es largo y complejo.
Se debe decir que Colombia ha recibido un significativo número de migrantes venezolanos en los últimos años, con Bogotá como principal ciudad de destino. y entonces, como resultado: Mayor demanda en salud, educación y empleo, aumento de la informalidad y reducción de salarios en algunos sectores, discriminación y actos de violencia contra algunos migrantes.
Otros dicen que se dinamiza la economía y hay crecimiento del sector informal y nuevos nichos de mercado. y entonces Intercambio cultural y mayor diversidad cultural en la ciudad.
Y la Sobrecarga de servicios públicos, hay mayor demanda en transporte, vivienda y servicios básicos, así como la informalidad laboral y el aumento del trabajo informal y precarias condiciones laborales para algunos migrantes que se volvieron también precarias para los propios.
El incremento en la delincuencia en algunas zonas de la ciudad es demasiado y como dice una canción rebelde de hard core punk: Y los harlistas de la Policía?
La seguridad no es solo responsabilidad del gobierno. Es un compromiso de toda la sociedad. La participación ciudadana, la denuncia de los delitos y la construcción de una cultura que nos haga sentir “Bogotanos” son esenciales para transformar la realidad de Bogotá y Colombia.
Bogotá tiene el potencial de ser una ciudad segura y vibrante. El camino hacia ese futuro no es fácil, pero con el esfuerzo conjunto, es posible alcanzar la tranquilidad que necesitan las ciudades, grandes y pequeñas de nuestro país.
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