Se llevó a cabo Jazz Al Parque 2022, con una gran presencia de artistas femeninas como viene siendo la marca de Idartes con sus más recientes festivales. El parque El Country acogió un miles de familias que disfrutaron de una gran fiesta de jazz y folclor.
Un sábado de jazz, candombes y papayeras
El día comenzó con Luis Daniel Vega de Radio Nacional de Colombia y su selección musical. Distintos sonidos fueron atrayendo a un incipiente público vespertino.
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Pero con esta apertura se preparó el terreno para el proyecto alterno del bajista de Kraken, Luis Ramírez. El Tote llegó tan explosivo como su nombre, con alocadas notas de jazz que hacían juego con la particularidad de los nombres de sus canciones.»¿Dónde dejé las putas llaves?» o «Me caes muy mal» deleitaron a una audiencia que disfrutó tanto la música como las ocurrencias del líder de la banda.
Gairaca, fue la canción con la que Last Dreamers abrió su presentación. Una propuesta más sobria que contrastaba con la anterior banda. La variedad musical del cartel ya se iba haciendo presente y era preludio de lo que vendría.
Así fue como el primer invitado internacional subió al escenario. El brasilero Guinga, considerado el más compositor más grande de su país, logró una perfecta comunicación con el público. Su guitarra habló por él, y un aire de bossa nova recorrió el parque.
La mitad del cartel del día se completó con el quinteto Entre Nos. Liderado por la saxofonista y clarinetista Laura Valbuena, trajo una propuesta llena de folclor latinoamericano fusionado con jazz. Sus pasillos se ganaron grandes ovaciones del público que quedó admirado por el talento y la juventud de la artista colombiana radicada en Europa.
Al atardecer se presentó Sergio Páramo con su cuarteto. Con sonidos más fuertes y la participación de un rapero antioqueño que trajo la nota de crítica social al festival. El líder de la agrupación fue uno de los ganadores de las guitarras que la Fundación Gibson entregó durante el evento.
Llegaron entonces las voces femeninas del día sábado. Comenzando con Julieta Rada y su propuesta cargada de folclor uruguayo. Candombes, jazz, rock y soul compusieron la interesante propuesta de la artista austral.
Antes de proseguir con la voz femenina que cerraría el primer día, los metales de Papayebrass trajeron una fusión de folclor caribe y band brass norteamericanas. La tradicional sobriedad del festival tuvo la novedad de ver como estos jóvenes bajaron del escenario y se mezclaron con el público.
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Cerró el día, la puertorriqueña Ile. Una potente voz reconocida en festivales de jazz a nivel mundial, fue el perfecto broche para cerrar la primera mitad del festival que regresó luego de dos años de 3 años de ausencia.
Y que suene la Big Band Femenina
De nuevo el día arrancó con un selector, esta vez fue Jaime Andrés Monsalve, también de Radio Nacional de Colombia. Mientras el clima se decidía entre un radiante sol o una llovizna leve, Ramé hizo su aparición. La virtuosidad de Lorena Ramírez en los teclados generó un gran aplauso de la audiencia. Sonidos electrónicos, voces alteradas y algo de psicodelia fueron animando la tarde.
También de la convocatoria distrital llegó Andrés Corredor y su Chroma Trío. Guitarra eléctrica y saxofón conversando terciados por una gran batería pusieron el toque de free jazz de este día.
Ahora el viaje musical nos llevó hasta el sur, Fatua Trío nos trajo ritmos andinos combinados con jazz. Los sonidos del Galeras retumbaron en el parque de la mano de estos tres jóvenes y sus instrumentos.
De una propuesta principalmente instrumental, pasamos a la banda liderada por el guitarrista Santiago Sandoval y donde la voz de Laura Cortés es un componente primordial. El ensamble fue preparando los ánimos del parque para uno de los actos más esperados de la tarde.
Hacia la mitad de la tarde, y comandadas por la maestra Esther Rojas las mujeres se tomaron el escenario y el festival. Diecinueve mujeres residentes en su mayoría en Bogotá interpretaron piezas compuestas o arregladas por mujeres.
Desde jazz clásico hasta folclor colombiano, el repertorio que encantó a todo el parque. Un detalle particular de la tarde fue que la guitarrista Isabella Aguilera Micolta, fue otra de las personas que se hizo acreedora a una de las guitarras de la Fundación Gibson.
La presentación contó con la presencia de Francy Montalvo en el piano, Anamaría Oramas en la flauta y de Laura Valbuena en el clarinete, quien repitió su presencia en el escenario. Para las voces, las invitadas fueron Urpi Barco, Gina Savino y Diana Hernández mejor conocida como María Mulata. Una presentación muy bien acogida que ratifica el éxito del proyecto distrital.
Casi que sin bajarse del escenario, la saxofonista Karen Barreto que hace parte de la Big Band, pasó a presentarse junto con el Ensamble Macondo. Tres saxofones más y la percusión conversaron al son de ritmos caribeños y jazz. Restaban entonces dos invitados internacionales para cerrar el festival.
Primero, desde Puerto Rico pero ampliamente influenciado por el Caribe colombiano, David Sánchez osciló entre su saxofón y las tamboras para presentar canciones de su álbum Carib.
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Luego, el niño prodigio del jazz Joey Alexander, cerró una fría noche mientras compartía su amplio repertorio con el público. De pocas palabras, este pianista de 19 años dejó que fuera la música de su trío la que lo conectara con el público.
