Luego de una tensionante campaña durante la segunda vuelta, se llevaron a cabo los comicios presidenciales para terminar de definir a la dupla que gobernará a Colombia desde el poder ejecutivo. Con más once millones de votos, Gustavo Petro y Francia Márquez se adjudicaron la victoria.
De escándalo a escándalo
Luego de conocerse los resultados de la primera vuelta presidencial, comenzó una explosión de escándalos mediáticos que desplazaron la exposición de los ideas para dar espacio a controversias sobre temas personales y legales.
Las encuestas se variaban entre la victoria para uno y otro candidato, o marcaban empates técnicos. Distintas formas de hacer campaña quemaron sus últimos cartuchos durante tres semanas agitadas en donde persuadir a los demás se volvió una batalla diaria.
Una jornada llena de incertidumbres
El registrador Alexander Vega dio apertura a las urnas a las ocho de la mañana. El magistrado del CNE, César Abreo, indicó luego que el escrutinio sería la última palabra acerca de los resultados, intentando retirar las suspicacias sobre las instituciones electorales.
Durante la jornada, aunque se presentaron pocos hechos relacionados con delitos electorales, no hubo grandes denuncias de fraude o de constreñimiento al elector. Se presentó un ataque a una patrulla del ejército en el Catatumbo, pero no se mudó ningún puesto de votación debido a hechos de violencia. De igual forma que en la primera vuelta, las inundaciones motivaron la mudanza de varias mesas de votación en algunas regiones del país.
Un preconteo tensionante
El primer boletín generado por la Registraduría correspondió a los resultados de los consulados. Dicho boletín colocaba a Rodolfo Hernández y Marelen Castillo a la cabeza de los resultados, aunque con una diferencia no muy amplia. Incluso fue particular que el resultado en la India correspondió a un empate.
En la medida que empezaron a llegar los nuevos boletines, Márquez y Petro empezaron a superar a Castillo y Marelen. En la medida que más mesas eran reportadas la diferencia se fue aumentando, hasta el punto que se convirtió en una tendencia. Hacia las cinco de la tarde, ya era oficial que por primera vez una lideresa social y un candidato de izquierda llegaran a la casa de Nariño.
En varios lugares de Bogotá comenzaron las celebraciones. En especial se concentraron en las localidades donde primas las clases populares, en la plaza de Bolívar y en los alrededores del Movistar Arena, lugar donde Francia Márquez y Gustavo Petro pronunciaron su discurso de victoria.
¿Qué se viene?
Por primera vez en Colombia, el gobierno queda en manos de personas no pertenecientes a las élites. Y esto desplaza a las élites hacia la oposición. Este nuevo gobierno no goza de mayorías en el legislativo y esto hará que cumplir sus promesas no sea tan sencillo como su electorado espera.
Aunque anteriormente Petro había manifestado posiciones más radicales frente a algunos temas, en esta ocasión su plan se ve más como un posible gobierno de transición para sacar a Colombia del premodernismo.
Se vienen cuatro años de retos para el país y para este nuevo gobierno, no solo por lo que implica el cambio posicional de las fuerzas políticas, sino por las realidades mundiales que impactarán fuertemente a economías como las latinoamericanas.
