La dura realidad de la vida cotidiana en la Franja de Gaza

La Franja de Gaza no volverá a ser lo mismo de hace más de dos meses atrás y todo por los constantes bombardeos a los que se ha visto sometido al territorio palestino a manos de Israel luego de la toma por parte de Hamás de más de 200 rehenes.

Una mujer de mediana edad despotrica contra el mundo mientras hace una fila para comprar gas y así poder cocinar en Gaza. La mujer grita de forma airada al cielo por el desespero y la frustración que son visibles en su rostro, mientras al fondo se ve la desolación de los bombardeos.

«Llevamos esperando en la fila para llenar una bombona de gas desde primera hora de la mañana. He realizado mis oraciones matutinas de pie», dice la mujer mientras sigue esperando por comprar el gas.

«¿Dónde están todos los árabes y musulmanes del mundo? ¿Dónde están todos los defensores de los derechos humanos? Han dejado que el pueblo palestino sufra, pase hambre y sea destruido», dice otro habitante de la Franja de Gaza que ha visto cómo todo lo que conoce ha sido destruido por los bombardeos.

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Y es que ahora muchos ciudadanos de Gaza han tenido que irse a vivir a escuelas de la ONU en las que se refugian mientras el conflicto entre Hamás e Israel arrecia contra todo aquello que conocían.

«No puedo describir la destrucción. Familias enteras han sido borradas de los registros civiles. Los mataron bajo de sus casas. Gaza ha quedado completamente destruida. Tengan piedad de nosotros», repite con cara desencajada la mujer.

Después de que Hamás atacara Israel el pasado 7 de octubre por medio de una incursión armada que dejó 1.200 personas muertas y tomó como rehenes a más de 200, el ejército israelí comenzó una operación de ataques aéreos y lanzó una invasión terrestre a la Franja de Gaza.

Según los datos entregados por el Ministerio de Sanidad, al menos 14.800 palestinos han muerto a la fecha por los constantes ataques de Israel que no habían cesado hasta el viernes pasado, cuando se concertó una tregua entre ambas partes y que ha permitido la liberación de rehenes de lado y lado.

Según las cifras de la ONU, desde que Israel lanzó sus ataques contra la Franja de Gaza y ordenara a la población palestina trasladarse al sur del territorio, 1,8 millones de personas están desplazadas. Gaza tiene 2,4 millones de habitantes.

Aquellos que no ha podido salir del territorio, o no han querido abandonar sus casas, hacen largas filas para comprar gas y poder cocinar lo poco que se encentran en los mercados que todavía están en pie.

Desde el 24 de noviembre, cuando se decretó un alto al fuego en la Franja de Gaza, han ingresado 200 camiones con ayuda humanitaria, aproximadamente la mitad de los que entraban antes del recrudecimiento del conflicto.

Las diferentes agencias de la ONU señalan que han podido entregar algo de ayuda en el norte de Gaza, donde tiene su base el ejército israelí, pero hay una enorme escasez en todas partes.

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“No se encuentra ni una taza de té o un paquete de galletas. Ayer la gente compartía pan mientras dormía en la calle. La gente pasó la noche aquí, entre la lluvia y el frío. Que Dios nos ayude”, señala otro habitante de la Franja de Gaza.

La entrada de combustible a territorio palestino fue interrumpido por Israel al comienzo del conflicto y luego permitió la entrada de una cantidad limitada, que actualmente es de 140.000 litros cada dos días.

“Llevamos aquí tres días. Vinimos hace dos noches y desde las 3 de la mañana hasta ahora no hemos podido repostar. No encontramos combustible, harina ni nada. Cuesta mucho encontrar cosas y, cuando se consiguen, hay que hacer fila para todo”, dice otro habitante del territorio.

Pero eso no es todo, a la escasez de combustible se suma la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que, si no se restablece el sistema sanitario, las enfermedades no tratadas podrían matar a más personas que los mismos bombardeos.

La diarrea y las infecciones respiratorias están extendidas entre los niños que se encuentran en los diferentes refugios habilitados por la ONU y donde actualmente se encuentran alrededor de 1,3 millones de personas.

La falta de alimentos, el hacinamiento, saneamiento, higiene básica, agua y gestión de residuos están elevando el número de enfermedades en la Franja de Gaza según las declaraciones del director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus.

Según la ONU, solo cinco hospitales están parcialmente en operación en el norte de Gaza, zona que se ha convertido en el foco de los ataques israelíes. Ocho de los 11 hospitales siguen funcionando en el sur, pero solo uno de esos hospitales tiene la capacidad de tratar casos de traumatismos críticos o realizar cirugías complejas.

Durante los primeros cuatro días de la tregua, 800 camiones con ayuda entraron en la Franja de Gaza y algunos de esos llegaron al norte. Se trata de un aumento en comparación con los días anteriores, pero sigue siendo solamente una fracción de los habitual.